jueves, 23 de octubre de 2014

TERMINOLOGÍA ESCABROSA, PARTE II: Fylgja y Hamingja

     Antes de que nos adentremos más en las nociones básicas de lo que es el "otro mundo" para los odinistas, necesitamos entender un par de conceptos relacionados íntimamente con el alma humana. Por eso, antes de entrar en las cuestiones del más allá, creí conveniente escribir este breve artículo, que, unido a su predecesor (titulado El alma odinista: una visión personal, para aquellos que no lo hayáis leído), os proveerá de la información necesaria para poder comprender otros conceptos más enrevesados. Os prometo que el presente será breve, pero he considerado que, cuando me metiese de lleno en la cuestión de la muerte y el destino del alma, era más que necesario aclarar el par de términos que habéis leído en el título y que, sin duda, os sonarán bastante: me refiero a los conceptos de Fylgja y de Hamingja. Pasemos a ello.
     
FYLGJA
     La fylgja es un ente complejo que, aunque unido al alma humana, es independiente del individuo. Según la visión ásatrúar del orden cósmico, la fylgja se presenta ante nosotros como una especie de animal espiritual. Cada persona tiene su propia fylgja, y su forma puede variar: podría ser un lobo, o un águila, una serpiente o un zorro, etc.. Un núcleo familiar comparte la misma fylgja: por eso he comenzado diciendo que la fylgja es independiente del individuo aunque esté unida a él. Podemos deducir, pues, que cada familia tiene su propia fylgja, aunque su identidad pueda variar debido a diversos motivos. Por poner un ejemplo, un clan odinista cuyos lazos entre sus miembros sean extremadamente fuertes dará lugar a que todos compartan una misma fylgja.
     Pero ¿cuál es la función de la fylgja con respecto al ser humano? La fylgja cumple con la función de guía para el alma de un difunto reciente: se encarga de que dicha alma llegue a su destino en el más allá, sea éste cual sea; por ello, nuestros ancestros consideraban que ver o percibir a la fylgja propia era señal de una pronta muerte. 
     La fylgja está íntimamente relacionada con nuestro modo de proceder en esta vida. Se cree que adquiere una determinada forma animal por una serie de rasgos de comportamiento con los que impregna a aquellos bajo su tutela. Por ello, solemos compartir esos rasgos de personalidad entre los miembros de una misma familia, o entre los hermanos de un mismo kindred, en función de la fylgja que nos influencie en un momento dado.
     Podemos (y de hecho, yo diría que debemos) cuidar de nuestra fylgja. Hay un modo de "alimentar" a nuestro animal espiritual, o espíritu guía: al igual que él nos influencia, imprimiendo en nosotros ciertos comportamientos y dotándonos de algunos rasgos de personalidad, también nosotros influimos en nuestra fylgja con nuestros actos. Cuanto más honorable nuestra conducta, más fuerte nuestra fylgja. Y a la inversa, cuanto más nos alejemos de la rectitud moral, más débil se volverá ésta, hasta el punto de poder perderla. Y un alma sin fylgja que la guíe, estará condenada a vagar sin rumbo, un destino bastante terrible según mi opinión...
Una fylgja cuervo (fuente: Deviantart)

HAMINGJA
     Para definir la hamingja, debemos hablar también de su término hermano: el megin. Juntos, megin y hamingja, podrían ser considerados como "depósitos" de la sacralidad de un individuo, de su plenitud.
-Megin. Entendemos el megin como un almacén de espiritualidad interior y de potencia metafísica. Todas las criaturas en el multiverso contienen cierta cantidad de megin. 
-Hamingja. La hamingja podría ser entendida, en líneas generales, como una reserva de "suerte". El individuo está bajo la influencia de varios tipos de hamingja: no sólo la propia, sino la hamingja familiar, la tribal, la del kindred propio, etc.. La hamingja, en tanto que parte innata de una persona, se puede prestar, o incluso heredar... aunque también se puede robar o anular.
     Tanto el megin como la hamingja están conectados, y deberíamos ser cuidadosos con cuidar ambos. Naturalmente, se pueden incrementar a voluntad. ¿Cómo hacerlo? Pueden nutrirse a través de un modo de vida saludable, y a través del intercambio con los dioses (en las ceremonias y blóts), pero también mediante el ejercicio físico en el caso del megin, y del ejercicio metafísico en el caso de la hamingja (meditación, trabajo de runas, galdr, sejdr, etc.).

     Bueno, pues hasta aquí llegamos hoy. Espero haber aclarado ambos términos con la suficiente nitidez, porque serán cruciales a la hora de comprender el próximo artículo, en el que expondré el paso de esta vida a la siguiente. Y para cualquier duda o aclaración, como siempre os digo: aquí me tenéis.
     ¡Nos vemos en el próximo artículo!
     

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