martes, 7 de octubre de 2014

TERMINOLOGÍA ESCABROSA, PARTE I: Innangard y Útangard

   Tengo la costumbre de ojear cuantos blogs de odinismo encuentro por la red. Creo que uno nunca debe dejar de estudiar e investigar, y es importante conocer las inquietudes e intereses que tienen los odinistas en todo el mundo. El caso es que, hace unos días, alguien planteó en un blog las dificultades que hallaba a la hora de tratar de entender ciertos conceptos del Ásatrú, digamos que un tanto oscurantistas. Utilizo esta palabra porque pienso que cualquier concepto de nuestra fe debería ser accesible a cualquier persona que se acercase a él, y si no es así, entonces debemos esforzarnos en lograr que nuestra terminología sea lo más clara y transparente posible. Es muy difícil, máxime para los odinistas de habla hispana, pues muchos de estos términos son tomados del idioma nórdico antiguo, una lengua que es complicada si tu idioma natal no es de origen germánico o escandinavo. Por ello, es responsabilidad de los que tengan tales conocimientos el compartirlos de una manera directa y lo más simple posible. Si bien es cierto que el odinismo a nivel mundial está buscando la homogeneidad en su terminología básica, no lo es menos que son demasiadas palabras y conceptos expresados en un idioma incomprensible para la mayoría de hispanohablantes. Bien, pues con esta serie de artículos pretendo aportar mi granito de arena a esta titánica tarea. Y he decidido comenzar por los términos Innangard y Útangard por una razón: en el blog al que me he referido anteriormente, una persona que hacía gala de vastos conocimientos en lo referente a Ásatrú hizo un comentario que me resultó chocante: venía a decir que prefería ignorar este tipo de términos, porque se trataba de conceptos actuales, y dudaba que los antiguos paganos nórdicos los hubiesen utilizado. Y mi opinión al respecto es ésta: naturalmente que no los usaron, naturalmente que son de acuñación moderna. De igual modo, tampoco conocían las Nueve Nobles Virtudes, al igual que carecían de Internet. El mundo avanza, y nuestra fe, como el ente vivo que es, crece, evoluciona, se adapta a los nuevos tiempos procurando mantener su esencia, su identidad, pero sin anquilosarse. Estamos recordando nuestra antigua fe, no copiándola. Creamos términos para que nos ayuden a comprender nuestras creencias  desde el prisma de la época que nos ha tocado vivir. Tenemos en nuestro interior ese espíritu ancestral de investigación y descubrimiento: no tratemos de encorsetarlo poniéndole puertas al campo, y si hay que recrear conceptos, pues adelante, sin miedo. Dicho esto, vayamos a las palabras de hoy.

INNANGARD-ÚTANGARD
   Aunque estas dos palabras son las más conocidas, no son las únicas que usamos para englobar una serie de conceptos referidos a aquello que resulta sagrado para nuestro pueblo. En realidad, son cuatro:
-Innangard
-Útangard
-Gridgard
-Vé
   Y para que la explicación sea más visual, voy a incluir un gráfico, que considero muy útil y esclarecedor. Id observándolo mientras desgranamos conceptos, y lo pillaréis en seguida.


   ¿Qué significa este gráfico? Bien, imaginadlo como si fuese la representación de un antiguo poblado vikingo. El círculo más grande de todos representa el pueblo, rodeado de una empalizada; en su interior veréis un círculo más pequeño, que podéis imaginar como una colina elevada con una arboleda sagrada o un círculo de menhires donde se celebran las ceremonias; fuera del poblado, se observan una serie de pequeños círculos y óvalos, que representarían las granjas desperdigadas a las afueras del núcleo poblacional. 
   ¿Vamos bien? Espero que sí. Ya lo tenemos en mente. Bueno, pues este esquema podría representar numerosas realidades, pero para nosotros ilustra el "recinto sagrado" donde enmarcar cualquier otro concepto de Ásatrú. En seguida veréis de lo que hablo. Vamos a definir los términos.
   Vamos a comenzar por el ámbito externo, el Útangard. El Útangard, siguiendo nuestra analogía con el poblado vikingo, sería el páramo que rodea a la población, un lugar desapacible donde sólo moran los proscritos. Es decir, aquello que nos es ajeno conformaría el Útangard, todos los elementos, prácticas y creencias que no son netamente paganos o Ásatrú. En nuestra mitología, el Útangard es el lugar donde moran los Jötnar (gigantes) y los enemigos e los dioses, Muspelheim y Jötunheim, así como los desiertos helados y brumosos de Niflheim.
   Dispersos por el Útangard, hallamos pequeños corpúsculos a los que denominaremos como Gridgard. Este término proviene de la palabra grid, del nórdico antiguo, y que podríamos traducir como "santuario" o "tregua temporal". Se trata de zonas dentro del Útangard que podemos usar como santuarios temporales, zonas relativamente amigables rodeadas de influencias no paganas. El ejemplo mitológico que propongo es el salón de Aegir, Thrymheim, la morada de Skadi: a pesar de estar en Jötunheim, es un refugio seguro para los dioses. 
   El Innangard, el tercer término a analizar, está representado por el pueblo. Aquí es donde nuestro pueblo defiende la ley y la tradición, sonde se siente seguro. Tras la empalizada, bajo la autoridad del Jarl, el pueblo crece; fuera de la empalizada, se encuentra el Útangard, y desperdigadas por él, las fincas de los aliados del Jarl, o como lo hemos definido, núcleos de Gridgard. 
   Por último, en el interior del Innangard, nos encontramos con el último término a explicar: el Vé. El Vé es el recinto más sagrado, donde se ubicaría el hof de la congregación. Allí se realizan los rituales, los blóts y las ofrendas. En nuestra mitología, el Vé estaría representado por Asgard, el "recinto de los dioses". 
   Bueno, una vez explicados los conceptos, puede surgir una cuestión: ¿de qué me vale toda esa terminología en mi vida cotidiana como odinista? Bien, esta estructura nos ayuda a visualizar mejor las influencias que recibimos a diario en relación a su poder numinoso o espiritual. Los cuatro términos, como todo en esta vida, están interconectados, y nos enfrentamos a ellos a diario: nuestro Útangard está representado por aquellas influencias que no son paganas ni odinistas; el Innangard lo conformaría nuestro clan, o nuestros compañeros odinistas; hallaríamos un Gridgard en aquellos de nuestro entorno que, sin ser ásatrúar, son eminentemente paganos, con quienes compartimos una visión del universo y de la vida en general; nuestro Vé estaría representado en el altar doméstico, o en el hof de nuestro clan. 
   Antes de acabar este artículo, quiero hacer una aclaración para aquellas personas (que sé que las hay) que puedan entrever en mis palabras matices xenófobos. Nada más lejos de la realidad. No pretendo decir que el Útangard sea "malo" o sea algo que rechazar, sino simplemente un entorno que nos es ajeno y en el que debemos estar alerta ante su influencia en nosotr@s. Nuestro pueblo no era xenófobo, a pesar de lo que algunos creen hoy día. Comerciaron y se relacionaron con todo el mundo conocido, y en ocasiones más allá. Nunca temieron adentrarse en el Útangard, pero cuando lo hacían, iban preparados, y sólo tomaban de allí lo que les interesaba para enriquecer a su comunidad y a ellos mismos; de igual modo, como pueblo hospitalario que eramos (y aún somos), nunca negarían la entrada de extraños a su Innangard... siempre que siguiesen las leyes y las normas de la comunidad (el historiador del siglo X Ahmad Ibn Fadlan podría corroborar mis palabras). 
   Para terminar, os daré algunos ejemplos cotidianos en los que reconocer los términos que hemos aprendido hoy:
-La casa de tu madre: Gridgard (ella es cristiana, pero te acepta, te quiere y te respeta)
-Tu lugar de trabajo: Útangard (nadie sabe de tus creencias, y si lo saben no les importa)
-Un templo odinista: Vé (aunque no pertenezca a tu clan, su carga espiritual es muy potente)
-Tu propia casa: Innangard (ya lo dice el Hávamál, en casa se es el rey...)
-Un templo Shintô: Útangard (no hay amenaza en él, pero no pertenece a nuestra cultura)
-La casa de un hermano de tu clan: Innangard (es como tu casa, aunque aquí no seas el Jarl)
-La casa de tu amigo de la infancia: Gridgard (él no es pagano, pero su afecto es sincero)
   Probad vosotr@s con elementos de vuestro entorno, y así interiorizaréis estos cuatro conceptos. Espero haber servido para aclararlos, aunque ya sabéis que estoy a vuestra disposición para cualquier duda que aún tengáis. Y si tenéis por ahí más términos que os resulten farragosos, será un placer hacer más secciones de terminología.
   ¡Espero veros en el próximo artículo!
   

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