martes, 29 de agosto de 2017

Staðagaldr, ¿magia rúnica o Galðr? Percepciones, aciertos y confusiones

     Hablaba hace unos días con un buen amigo sobre la cuestión mágica existente dentro del corpus de creencias de nuestra Fe, y la conversación desembocó en el asunto de una actividad muy extendida en el mundo Odinista, conocida con el nombre de Staðagaldr, o "yoga rúnico": seguro que os suena bastante. Mi interlocutor deseaba documentarse al respecto del tema, porque, según me comentó, estaba investigando sobre la rama mágica que conocemos como Galðr. Me sorprendió mucho ver cómo se han mezclado tantos términos y conceptos hasta el punto de considerar que hacer meditación o yoga (sea éste "rúnico" o su versión original hindú) sea una especie de actividad "mágica". Al explicarle mi punto de vista sobre el tema, quedó muy extrañado de que yo ni lo practicase ni tampoco le atribuyese cualidades mágicas a dicha actividad. Aquella conversación me llevó a redactar este artículo, para tratar de explicar claramente lo que opino sobre este asunto, que creo que en los últimos tiempos se ha enturbiado, llevando a la gente a encontrar por la red verdaderos despropósitos, derivados de una determinada actitud ante la Fe Odinista. Y, antes de entrar en materia, ¡ya aviso de que éste será otro de esos artículos que no me ayudarán a hacer amigos!
     Antes de comenzar, voy a recordar a quienes deseen ampliar su conocimiento sobre el asunto mágico que hace algo más de dos años ya publiqué un artículo hablando de un modo general sobre los diferentes tipos de prácticas mágicas que existen en nuestra Fe. Os dejo el enlace justo aquí .
     Bueno, vamos a ver por dónde empiezo. Pretendo explicar mi punto de vista sobre las siguientes cuestiones: 

  • ¿Qué es el Staðagaldr?
  • ¿Cuáles son sus atribuciones mágicas?
  • ¿Pertenece a la rama mágica del Galðr o a la rama del trabajo rúnico?
  • Y sobre el trabajo rúnico, ¿se engloba dentro de la videncia rúnica, o es Galðr?
     Una vez haya podido explicar lo que yo conozco sobre el tema y mis opiniones al respecto, podré finalmente exponer una reflexión a modo de conclusión. 

     QUÉ ES EL STAÐAGALDR? Bueno, a grandes rasgos podemos definir esta actividad como un sistema de magia "activo" (es decir, que requiere de la participación física de quien lo practica), con el objeto de dominar la mente propia mediante meditación dirigida por la asunción de varias posturas corporales que representan las diferentes runas del alfabeto conocido como Fuþark Armanen (y alguna adición posterior). 

Las diferentes posturas del cuerpo emulando runas

     Pero ¿qué es el Fuþark Armanen? Para quien no lo sepa, este alfabeto rúnico fue recopilado por el eminente Guido von List (Viena, 5 de octubre de 1848 – Berlín, 17 de mayo de 1919) , famoso ocultista y regeneracionista del paganismo germánico y gran impulsor la visión Folkish del Odinismo, quien sentó las bases de los actuales métodos de videncia rúnica. Desgraciadamente, su brillante trabajo en este campo quedó enturbiado por sus ideas antisemitas y sus trabajos sobre la raza aria, que fueron ampliamente promocionados por el Tercer Reich. En lo que respecta al campo de la magia rúnica, von List declaró que las 18 runas del Fuþark Armanen eran las verdaderas runas con un contenido mágico demostrable, y las usó para desarrollar un sistema propio de magia basado en nuestra Fe.

Runas Armanen

     Sin embargo, la creación del Staðagaldr se la debemos al alemán Friedrich Bernhard Marby, otro regeneracionista del Odinismo (quien, al contrario que von List, no sentía ningún afecto por el movimiento nazi -y, de hecho, pasó unos ocho años confinado en varios campos de concentración, como el de Dachau-) que, durante la década de los años veinte, desarrolló este sistema postural. Décadas después, Edred Thorsson renovó el sistema y lo dotó de estructura, así como de una base histórica al afirmar que había evidencias de su práctica en algunos tesoros arqueológicos, como el famoso "cuerno de Gallehus". 

     CUÁLES SON SUS ATRIBUCIONES MÁGICAS?
"Los objetivos generales del stádhagaldr son:

1. Control del cuerpo a través de la postura (stadha)
2. Control del pensamiento a través de encantamientos (galdr)
3. Control de la respiración
4. Control de las emociones
5. Hacerse consciente de los reinos rúnicos del ser y el/los mundo(s)
6. Control y dirección de la voluntad.
...Stadhagaldr se usa como un modo de integración psicológica y transmutación personal, y también se emplea en todos los otros tipos de operaciones mágicas."
Edred Thorsson, Futhark: A Handbook of Rune Magick
     Está bastante claro, ¿no? ¿No lo está? 

     ¿PERTENECE A LA RAMA MÁGICA DEL GALÐR O A LA RAMA DEL TRABAJO RÚNICO? Si nos ceñimos a la división tradicional entre las diferentes corrientes mágicas, puede parecer que esta práctica se halla entre el Galðr, debido a que se basa en la adopción de posturas y en unos movimientos predeterminados, y el trabajo rúnico, ya que se basa en el poder de las runas. Es más: si seguimos la línea de pensamiento del señor Thorsson, casi que da igual a qué línea pertenece, puesto que la magia está ahí para todos, sea la práctica que sea. Es así, ¿verdad?

     Y SOBRE EL TRABAJO RÚNICO, ¿SE ENGLOBA DENTRO DE LA VIDENCIA RÚNICA, O ES GALÐR? La pregunta correcta sería "todo el que conoce el poder de las runas, ¿puede usarlas para interpretar el Destino?" Según Thorsson todo el mundo puede hacerlo, por lo que, si seguimos ese razonamiento, cualquiera puede practicar Staðagaldr, Galðr, videncia rúnica o cualquier otra disciplina, puesto que, a fin de cuentas, la magia sólo es manipulación energética. ¿Todos de acuerdo?

     Pues no. Yo, al menos, no. El hecho de que no practique esa disciplina y de que no la tome en consideración se debe a que, naturalmente, en su momento estudié sobre el tema, y estudié mucho, investigué todo lo a fondo que pude... y encontré muchas inconsistencias. Pero también aspectos positivos. 
     Para empezar, lo que Friedrich Marby inventó no se llamaba Staðagaldr. Ni siquiera "yoga rúnico", o "meditación rúnica": Marby lo bautizó como GIMNASIA RÚNICA (en alemán: Runengymnastik). Lo creó como una forma de mantener sano el cuerpo mediante una serie de rutinas inspiradas en las runas, en el convencimiento de que si se forma una runa con el cuerpo se pueden obtener beneficios a nivel orgánico y espiritual. Y ESO me parece correcto y beneficioso. Sin mayores pretensiones. ¿Es eso magia? En absoluto.
     Décadas después, el señor Edred Thorsson (cuyo nombre real es Stephen Flowers -conocido en fechas más recientes como Darban-i-Den-) publica numerosos escritos dándole al asunto ese matiz mágico. Tras una lectura concienzuda del trabajo de Thorsson, llegué a la conclusión de que considera al Staðagaldr una disciplina mágica porque aprovecha el poder mágico inherente a las runas. A mí, personalmente, no me convence tal argumento, pero respeto a quien sí le convenza. Lo que verdaderamente me disgustó fue la supuesta justificación histórica del Staðagaldr mediante la mención de un hallazgo arqueológico. Mucha gente se limita a asumir que, si lo dice el señor Thorsson, será porque ha trabajado en el tema concienzudamente. Pero ¿alguien se ha molestado en examinar el grabado del "Cuerno de Gallehus"? Yo sí. Esto es lo que puede verse:


     Ahí lo tenéis, en la parte superior. Para Thorsson es la prueba irrefutable de que nuestros ancestros Germánicos practicaban Staðagaldr. Yo veo un texto rúnico, casi con toda probabilidad con una finalidad mágica, en el que las runas que lo componen han sido grabadas con la forma de seres humanos. No hay más. Y no hay más porque no hay ninguna otra supuesta prueba de que nuestros ancestros hiciesen este tipo de actividad. Tenemos muchísimas pruebas arqueológicas de otras prácticas mágicas: sabemos que las Sejðkónur usaban cuentas de ámbar como catalizador mágico; asimismo, sabemos que las Völur portaban varitas de metal o dagas ceremoniales para realizar sus ceremonias de videncia rúnica o como símbolo de su estatus. Pero el más documentado es sin duda el tema del trabajo rúnico: por poner un ejemplo, todos conocemos la fórmula mágica "ALU", que se suele grabar en objetos ceremoniales o en objetos que deben servir de amuleto o que deben tener una carga mágica potente. ¿Hay pruebas de su uso en el pasado pagano de nuestras tribus? Veamos:

Bracteato de Djupbrunns; hallado en Gotland (Suecia), data de la Era de las Migraciones. Observamos el ALU en la parte superior izquierda, escrito de modo invertido. Nótese también la presencia de una rueda solar en la parte inferior del bracteato.

Bracteato de Funen (Dinamarca), dedicado a Odín; la fórmula ALU puede leerse en la parte superior derecha del grabado.

Piedra rúnica de Elgesem. Datada en torno al siglol IV-V E.C., lo único que tiene grabado es la fórmula ALU escrita verticalmente y de modo invertido. Se presupone que esta piedra formaba parte de un conjunto de varias piedras rúnicas con finalidades mágicas.

Amuleto de Lindholm, hallado en Escania (Suecia), datado entre los siglos II y IV de la Era Común, representado en un dibujo de 1.884. Bajo la representación del amuleto se adjunta un grabado con las runas inscritas en él, y se aprecia con claridad la fórmula ALU de modo invertido en la parte izquierda del texto.

Fíbula de plata hallada en Zealand (Dinamarca). En la foto se lee claramente la palabra "ALUGOD" en runas, seguida de un símbolo solar.

     Existen muchos más hallazgos documentados que contienen la palabra ALU o alguna de sus variantes, aunque no pretendía cargar el artículo excesivamente. Pero creo que es ASÍ como se justifica una afirmación al respecto de la base histórica de cualquier faceta del Odinismo. O, al menos, así lo hacemos aquellos que sentimos esta Fe en lo más hondo de nuestro espíritu. El señor Thorsson, como él mismo reconoció cuando fue expulsado en 1.989 del Odinic Rite, se siente más interesado por el culto "neo-satánico" que profesa el Templo de Set, lo que casaba más que el Odinismo con su filosofía de "todo es energía y da igual cómo lo hagas, mientras lo hagas", actitud que ha sido criticada en más de una ocasión por personalidades como la dama Freya Aswynn. Si este "neo-satánico" se inventó esa disciplina mágica, basándose en una actividad física ya inventada por alguien antes que él, y buscando el respaldo histórico mediante la interpretación sui generis de un hallazgo arqueológico, no seré yo quien le respalde ni quien difunda esa falsa disciplina.
     Y es por esto por lo que no practico el Staðagaldr. Ni tampoco lo difundo. Ahora bien, respeto a quien así lo hace. Yo mismo lo practiqué, hace ya más de una década. La base de nuestras creencias es la libertad individual, así que ¿quién soy yo para decirle a nadie lo que debe o no debe hacer? Y en este asunto en concreto me resulta fácil ser tolerante, porque nadie, absolutamente nadie de cuantos conozco y que practiquen esta disciplina, ha podido confirmar el resultado "magico" de sus ejercicios. Y a este hecho yo lo valoro como la prueba de que el Staðagaldr NO es una disciplina mágica, al contrario de aquéllas que sí pueden demostrar su fiabilidad, como la videncia rúnica o el trance mágico. 
     El verdadero problema ante este tipo de facetas de nuestra Fe es que hay much@s Odinistas (en algunos casos supuest@s Odinistas) que simplemente NO CREEN en nuestro concepto de la magia, por lo que practican estas disciplinas como un modo de participar de la Fe Odinista pero sin creer realmente en lo que hacen, y gran parte de la culpa la tienen aquellos que han tratado de homogeneizar nuestras prácticas mágicas ("todo el mundo puede hacerlo todo porque todos tenemos los mismos poderes y las mismas capacidades mágicas"), o de buscar una equiparación con otras disciplinas que no pertenecen a nuestro Pueblo, generando así extrañas fusiones, tan exóticas como ineficaces: el tarot rúnico, las ceremonias incluyendo invocaciones a los cuatro elementos (¿cuatro? ¿de verdad?), supuestos trances para sanar nuestros chakras (sí, sí, totalmente cierto, he sido testigo de quien afirmaba hacer este tipo de... cosas), y, naturalmente,... el Staðagaldr. 
     Dicho lo cual, y para no acabar este artículo de un modo tan negativo, quiero aclarar algo: incluso en lo más perverso, en el centro de lo peor, siempre podemos hallar algo bueno o positivo: no olvidéis que no creemos en el bien absoluto ni en el mal absoluto, pues no hay para nosotros ni un sólo Camino ni una sola Verdad. De este modo, yo siempre recomiendo estudiar los trabajos de Guido von List en lo concerniente al poder rúnico (hay que ser capaces de separar su actitud racista de su genio e inspiración); soy un admirador de Friedrich Marby y lo respeto enormemente por su creación de la Runengymnastik, por lo que es: un sistema de gimnasia que sigue las formas de las runas y que ayuda al cuerpo y la mente (PERO NO TIENE NADA DE MÁGICO); y aunque considere a Edred Thorsson un advenedizo que lo único que buscaba en nuestra Fe era notoriedad, reconozco que su estudio de los diversos sistemas de videncia rúnica son brillantes, y recomiendo sus textos al respecto a quienes creen tener el Don de las Nornas y desean experimentar al respecto. Lo único que os estoy pidiendo con todo esto es que penséis por vosotr@s mism@s, que estudiéis buscando varias fuentes, que separéis lo valioso de lo que no nos interesa, que busquéis contrastar lo que sabéis con otras personas. Porque estamos recuperando un sistema de creencias milenario, estamos re-creando una Fe orgullosa y real, y no debemos, en mi opinión, adornarla con aditivos ajenos a nuestra cultura, por muy exóticos o atrayentes que nos parezcan. La Fe puede llegar a ser una materia muy simple, y hermosa en su simpleza. Nuestro poder reside en nuestro interior, en nuestro pasado, en nuestro entorno y nuestros Dioses. Y no en poner acrobáticas posturas creyendo que tienen efectos mágicos. ¿Qué somos, Power Rangers?
     ¡Os veo en el próximo artículo (si aún seguís queriendo leerme)!
     


     

martes, 1 de agosto de 2017

Elaboración de la hidromiel: parte II

     Aquí estamos nuevamente, y creo que ya estamos listos para finalizar el proceso de elaboración de nuestra riquísima hidromiel.
     Antes de manipular nuestro mosto fermentado, necesitamos adquirir algo que posee una importancia crucial en todo este proceso: el recipiente de envasado. Parece algo sencillo, ¿verdad? "Pues una botella", pensareis muchos. Claro que sí, pero ¿vale cualquiera? Mi experiencia me dice que no, que requerimos un envase que esté pensado específicamente para un líquido de las características de nuestra bebida, y es que, aunque la levadura haya ralentizado el proceso químico de fermentación alcohólica, aún sigue activa, y lo seguirá estando mientras la hidromiel esté embotellada. ¡Mis primeros experimentos de envasado me llevaron a presenciar pequeñas explosiones, estallido de botellas y observación de corchos voladores!
     Es por ello que mi consejo es que os hagáis con una botella de este estilo:


     Aquí, en mi tierra, a este tipo de botellas las conocemos como botellas "con tapón de gaseosa", y fueron muy populares en las décadas de los setenta y los ochenta. Y en su nombre encontramos su particularidad: el curioso sistema de cierre. A pesar de que estoy seguro de que la inmensa mayoría sabéis a lo que me refiero, a continuación os ofrezco una imagen detallada de este cierre:


     Este tipo de recipientes están diseñados para poder soportar la presión que ejerce un líquido gaseoso, y nunca he tenido problemas con estas botellas. Además, son relativamente sencillas de adquirir, al menos por estas latitudes: encontrareis diversos modelos en bazares chinos, en tiendas de menaje, etc. Asimismo, numerosas marcas de cerveza se presentan en este tipo de envases que, obviamente, se pueden reutilizar. Haceos, pues, con una provisión de botellas de este tipo, y cuando las tengáis limpias y hayáis comprobado que la gomita del tapón está en perfecto estado, podemos empezar el proceso de envasado, también conocido como "trasiego".


     En primer lugar, vamos a proceder a comprobar que nuestro mosto fermentado está en buenas condiciones. Si seguisteis mis instrucciones al pie de la letra, su aspecto debería ser similar a éste:


     En el fondo se observará el poso, que no es más que la levadura que se ha precipitado a la parte inferior de la garrafa. Al mover la mezcla, es normal que el líquido se enturbie un tanto, a causa del movimiento de este poso. No es nada malo, aunque evitaremos en la medida de lo posible que nuestra hidromiel se enturbie en exceso. Ahora prepararemos una de las botellas para el trasiego. Colocaremos bajo ella un paño (para evitar que los posibles derrames accidentales manchen la mesa, puesto que la hidromiel puede ser difícil de limpiar), y en la boca de la botella pondremos un embudo bien limpio.


     Levantando el recipiente de fermentación, con mucho cuidado, comenzaremos a escanciar la hidromiel en la botella, procurando no remover el fondo en exceso. Pero puede que, por diversos motivos, sea inevitable que el poso se remueva y enturbie la mezcla. ¿Se puede evitar? Bueno, hay una medida que evitará que la mayor parte de ese molesto poso pase a la botella: se trata de un colador de tela, como el que muestro a continuación:


     Mientras escanciáis el precioso líquido en su envase definitivo, veréis cómo burbujea y forma espuma, verificando así que la levadura sigue en plena forma. Las primeras botellas estarán más claras, pero inevitablemente las siguientes se irán enturbiando. Así pues, la parte final de hidromiel será casi en su totalidad levadura en suspensión en un poco de líquido. Yo esa parte no suelo usarla, es decir, que no apuro el recipiente de fermentación hasta el final, y os recomiendo hacer lo mismo. 


     Al final, con las medidas de ingredientes que usé en la primera parte de este artículo, me han quedado unos tres litros de rica hidromiel:


     Pero, si almacenase así las botellas, la levadura aún estaría demasiado activa y, por tanto, seguiría con su proceso de fermentación y por consiguiente generando gas, lo que podría resultar peligroso, así que necesitamos "dormir" un poco la levadura. ¿Cómo hacemos esto? Pues muy fácil: con frío.


     Meted las botellas en el refrigerador, y no las mováis durante, al menos, tres días. A partir de ese momento, la levadura seguirá viva, pero mucho menos activa, y ya no habrá peligro de explosiones indeseables. Es entonces cuando podréis almacenar vuestra hidromiel, con las mismas especificaciones que tendría el almacenaje del vino o la cerveza: usad un lugar fresco y seco, alejado de la luz solar y que no sufra grandes variaciones de temperatura, y si fuese posible, mantened la bebida a unos 17º-19º C. Antes de consumirla, metedla nuevamente en la nevera un día para que se ponga bien fresca, ¡y disfrutadla como gustéis!
     Vuelvo a recordar que la levadura sigue activa, por lo que, cuanto más tiempo pase la hidromiel almacenada, más graduación tendrá (y eso aumentará su sabor fuerte y eliminará el dulzor inicial de la bebida).
     Y no olvidéis que estamos hablando de alcohol: disfrutad con moderación si la bebéis de forma lúdica, con respeto y honor si lo hacéis en ceremonias y rituales, y NUNCA SI SOIS MENORES DE EDAD, ¿de acuerdo? Somos Odinistas: haced honor a nuestro Pueblo y sus tradiciones.
     ¡Os espero en el próximo artículo!