Voy a comenzar por el trabajo que realizó con motivo de la pasada festividad de Ostara. Para la ceremonia, existe la tradición en nuestro clan de pintar huevos de gallina y situarlos en el altar. A continuación podréis ver la composición que ideó:
Nótese la intención de representar la alegría de la primavera y el concepto de renacimiento y calidez. Asimismo, se aprecia el uso de runas, así como el del triskel, en honor a nuestros hermanos celtas. Precisamente en el huevo decorado con este símbolo se pintó otra figura representativa de esta celebración. Os la muestro:
Efectivamente: el conejo, como metáfora de la fertilidad. Como veis, las orejas son el inicio del resto de nudos que recorren la superficie del huevo. Simpático, ¿no es así?
He de decir que el altar quedó realmente precioso con la adición de la cestita con huevos decorados. No olvidéis que la tradición de los huevos decorados tiene un origen precristiano, y debemos reivindicarla como propia.
Pero no sólo hablamos de pintura. Cualquier manifestación artística es susceptible de ayudar a vuestro clan/kindred para reforzar vuestra espiritualidad individual y colectiva. Por poner un ejemplo, os voy a mostrar a continuación un trabajo de talla. Observad:
Se trata, efectivamente, de un cuerno, pero no de uno para beber, sino para soplar. En nuestras ceremonias, usamos el sonido del cuerno para iniciar el ritual, haciéndolo sonar tres veces, como un modo para avisar a nuestr@s herman@s del inicio de la ceremonia y para llamar a los landvaettir y que compartan el ritual con nosotros. Como veis, la artista consideró adecuado grabar un Vegvísir para guiar hasta el lugar a nuestros ancestros y a los espíritus de la tierra; de igual modo, el símbolo que se observa bajo el Vegvísir ha sido sacado del Galdrabók y sirve para "alejar a las nubes", lo que nuestra artista interpreta como interferencias en el ritual o injerencias externas. Veamos un detalle de uno de los lados del cuerno:
Aquí se aprecia una serie de runas, que ilustran el nombre del cuerno. En efecto, es importante que aquellos objetos que tengan que ver con la ritualística de modo preeminente tengan un nombre. No olvidéis que nuestros ancestros daban nombres a sus armas y armaduras más preciadas (como la espada Walbunga o la lanza Gungnir), así como a otros objetos cotidianos (el anillo Draupnir o el cuerno Gjállarhorn). Dándoles un nombre propio, damos personalidad a tales objetos, los distinguimos, los dotamos de alma. Reza el antiguo proverbio escandinavo: todo lo que tiene nombre, existe. En el caso de nuestro cuerno ritual, su dueña decidió llamarlo Mjödaugarshórn por motivos sentimentales, y eso es lo que está escrito en antiguo Futhark en su superficie.
Nuestra artista no sólo ha practicado la talla en hueso, sino también en madera, con una maestría envidiable, como demostró en uno de los objetos más importantes para mi cargo de godhi: estoy hablando del Mjölnir que uso en las ceremonias, y que me regaló el druida del groove celta con el que estamos hermanados. Él lo hizo a mano, y nuestra hermana se encargó de decorarlo. Y el resultado es el que veréis a continuación:
No hace falta decir más: contar con un artista multidisciplinar en el clan Fauces de Tormenta es una inmensa fortuna y un honor. De todos modos, trabaja en muchos otros campos, y es un auténtico placer seguir la progresión de sus capacidades. Si os ha gustado, y deseáis ver más muestras de su trabajo, o incluso poneros en contacto con ella, os dejo el enlace para la página de Facebook en la que periódicamente muestra ejemplos de su saber hacer: Fiskr Art.
Ahí queda eso. ¿Os ha gustado? En verdad, emociona encontrarse con artistas tan comprometidos con su pueblo y su fe, y me consta que son legión. Gloria y honor a sus nombres y sus obras.
¡Os veo en el próximo artículo!
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