Comencé un treinta de junio enumerando una serie de elementos que, según considero, deben ser tenidos en cuenta a la hora de crear un clan odinista, mantenerlo y perpetuarlo. Pues bien, casi tres meses después, voy a tratar el último de esos elementos. Aunque me cuesta escribir un enunciado que lo condense, creo que lo definiré del siguiente modo: tenemos la responsabilidad de enseñar a las nuevas generaciones de ásatrúars por nosotros mismos. Será mejor que me extienda un poco al respecto.
¿A qué me refiero cuando hablo de enseñar? No debemos ceñirnos estrictamente al matiz "académico" del término, aunque sin duda es muy importante. Me consta que, en Norteamérica, hay comunidades odinistas que propugnan actitudes como la escolarización doméstica o la prohibición de la televisión o los videojuegos en los menores de edad. No creo que haya que ser tan drástico aquí, en España, aunque puede comprenderse el motivo que lleva a estas comunidades a tomar ese tipo de medidas: no deseamos que las mentes de nuestros descendientes puedan ser moldeadas por aquellos que no comparten nuestra visión del mundo. Aún estamos en un estadio muy temprano de consolidación de nuestra fe en la sociedad actual, por lo que aún no se puede hablar de escuelas paganas, ni de programas educativos de materias específicas para odinistas, aunque debemos tenerlo presente para llevarlo a cabo cuando llegue el momento adecuado. Y que conste que no hablo de adoctrinar a la juventud, sino de educarlos en los valores ancestrales de nuestro pueblo por un equipo de personas preparado para ello. ¿Y qué hacer mientras tanto? Pues muy fácil: debemos hacerlo nosotros mismos.
Hay que involucrarse con los menores de nuestra comunidad odinista. No sólo sus padres, madres, hermanos y el resto de relaciones de consanguineidad, sino también sus hermanos y hermanas en la fe, que conforman el entorno en su clan. No hacerlo, no transmitir estos valores, hará que aquello que nació con nosotros se muera con nosotros, y no podemos permitirlo. Todo nuestro trabajo, nuestros esfuerzos, deben tener recompensa, y ese premio debería ser la perdurabilidad. Así que hay que mostrar a nuestros niños y niñas el camino de sus ancestros, a través de nuestras palabras y nuestros actos. Hay que intentar que nos tomen como su modelo de conducta, siendo su ejemplo vital y sintiéndonos orgullosos por ello.
Pues bien, hasta aquí mi exposición. Para acabar, voy a resumir los nueve puntos, para que no los olvidemos:
1.- La aceptación y enseñanza de los ancestros y su linaje.
2.- La recreación y la creación contemporánea de tradiciones paganas.
3.- El rechazo a la cultura de masas y a sus elementos.
4.- El impulso y refuerzo del arte y los artistas paganos.
5.- El rechazo al comercialismo.
6.- La inclusión de conceptos paganos en la vida diaria.
7.- Rigurosidad en la aceptación de influencias externas.
8.- Preferencia de actuación ante compañer@s pagan@s.
9.- Tomar la responsabilidad de enseñar a nuestros descendientes.
El pueblo Ásatrú puede, y debe, emerger como una unidad cultural definida, fuerte y perdurable. Debemos ser más orgánicos, más holísticos, frente a la cultura de masas que pretende engullirnos en la homogeneidad y la vacuidad cultural y espiritual. NOSOTROS podemos hacer una comunidad fuerte y unida, porque es beneficioso para nosotros mismos y, lo que es más importante, para las generaciones que vendrán detrás de nosotros. Ya sabemos que todo conforma un ciclo, del que formamos parte y que nos es beneficioso. Es nuestra responsabilidad, porque hacerlo es nuestra misión en Midgard, en una época convulsa en la que nos ha tocado vivir. Porque es nuestro destino. Y haremos que nuestros dioses y diosas se sientan orgullosos de su pueblo, abrazando nuestro destino con vehemencia y pasión, hasta que nos llegue la hora y más allá.
¡Os espero en el próximo post!
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